sábado, 29 de noviembre de 2014

En ruinas como Roma.

Si todos los caminos llevan a Roma, ¿Cómo se sale de Roma?. A veces pensamos demasiado y sentimos muy poco. Mi abuelo siempre decía: “que si alguien quiere seriamente formar parte de tu vida hará lo imposible por estar en ella”. Aun que en cierto modo, perdamos entre pantallas el valor de las miradas. Olvidando que cuando alguien nos dedica su tiempo, nos esta regalando algo que no recuperará jamás. Y es que la vida son momentos ¿sabes?. Y ahora estoy aquí y mañana, mañana no lo se. Así que quería decirte, que si alguna vez quieres algo, si quieres algo de verdad, ve por ello sin mirar atrás. Mirando al miedo de frente y a los ojos, entregándolo todo y dando el alma, sacando al niño que llevas dentro. Ese que cree en los imposibles y que daría la luna por tocar una estrella. Así que no se que será de mi mañana. Pero este sol siempre va a ser el mismo que el tuyo…

lunes, 24 de noviembre de 2014

''Seguimos confundiendo la falta de sueño con la falta de alguien que nos haga soñar''

No te llamo para pedirte que vengas. Sabes que no rogaría algo ni aunque dependiese mi vida de ello. 
Te llamo para saber que tal estás, no mejor.. te llamo para que sepas que tal estoy. Te llamo porque es impredecible saber cuando volverás a hacerlo tú. Te llamo para oír tú voz, y también para dejar de oír mis gritos.
Te llamo pero no acabo de saber para que lo hago. Te llamo para olvidar y también para recordar la ausencia, te llamo porque te echo de menos y para convencerme de que no quiero verte más. Pero a pesar de todo eso, te llamo. 
Te llamo porque te quiero, al menos como a un capricho; Como al capricho que hoy ya no duerme a mi lado y hace que olvide lo que es dormir por las noches.
Te llamo para que me des excusas, porque así por lo menos me sigues dando algo… y te llamo para decirte con voz rota y mucha rabia que podrá hacer tu vida un poco menos gris, pero nunca sabrá hacerte reir a cielo despejado.
Lo hago para hacerte llorar y hacerme sonreír; Para convencerte y convencerme de que serás un infeliz toda la vida, pero que eso no me hará más feliz a mí.
Irene X

lunes, 17 de noviembre de 2014

(des)esperando


No te alejes,
no se te vaya a ocurrir dejar un espacio, entre nosotros y las sábanas.
Te quiero cerca, enredado entre mis piernas, respirando mi aire,
saciando hasta la última gota de éxtasis, te quiero,
aquí, ahora, en este instante,
derritiéndome.

martes, 11 de noviembre de 2014

Que difícil el olvido, que fácil el recuerdo perpetuo.

Te preguntas por qué diciembre
te eligió a ti entre tanta gente
mientras te pintas los ojos para ver
si cambia el mundo.

Tiras las preguntas sobre la cama
como quien vacía un bolso en ella
y te viene a la cabeza el día en que rompisteis
y se os atravesó el destino en la garganta.

Vuelves a los mismos pensamientos una y otra vez
y vas haciendo tu lista de reproches contra el mundo.
Te gustaría volver a una región sin sobresaltos
pero la niñez es sólo una foto amarilla.

Poco a poco se va haciendo de noche,
la tarde lo va llenando todo de cuervos
y el destino no clava ningún mensaje en tu contestador.

Le das alguna calada más al fracaso,
ese cigarro inacabable,
intentas esquivar las preguntas una y otra vez,
como a un invitado
que no se da por aludido cuando acaba la fiesta
y no quiere marcharse.

Buscas el interruptor para apagar tu cabeza
y hallas refugio en una serie tonta americana.
Piensas en todo lo que le dirías
si le volvieras a tener enfrente
y te recolocas la tristeza en el pelo.

Sé que no pides consejo a nadie
porque corres el riesgo de que alguien te diga la verdad.
Vives esperando un volantazo del destino
harta de echar de menos el cuerpo al que renunciaste.
Entonces ignorabas que esto pasaría
y que echar de menos es renunciar al presente.

El día pasará y la vida seguirá,
ganarán los mismos
perderán los de siempre,
y quizá, si eres paciente,
si dejas de correr –y te perdonas–
la vida deje de ser ese autobús
que se escapa justo cuando llegabas a la parada.

viernes, 7 de noviembre de 2014

Ella habla sola.

Me haces mucha falta, por supuesto, como al alcohólico que le hace falta el licor pero sin lugar a dudas está mejor sin él. Exactamente eso es lo que me pasa, me acostumbré a tenerte en mi vida sin importar el daño que me hacías, cuando me di cuenta era demasiado tarde para evitarlo, pero no tanto como para darme por vencida. Entiendo la ansiedad que sufren los adictos, porque supongo que algo así me pasa, quisiera volver a tenerte cerca pero sé que no está bien y me contengo, evidentemente no es fácil, te sigo escribiendo, aunque me leas o no. Espero rehabilitarme de ti lo más pronto posible, dejarte por completo y por fin, tener tranquilidad.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Autodestrucción 1.

No se si reir o llorar cada vez que alguien me pregunta por ti.
Hace tanto que no te tengo cerca que ya casi he olvidado como hueles, como sabes, como miras y como hablas. 
Hace tanto que te echo de menos que he tenido que inventarme recuerdos nuevos para seguir sintiéndote conmigo.