miércoles, 30 de julio de 2014

Esto y más.

Hay veces en que las cosas te superan. Que piensas que has tocado fondo y que ahí te quedas. Luego te acostumbras a esa situación, a ese vacío que te rodea, a esa soledad que te persigue y no te deja sonreír. Pero,¿de verdad vale la pena pasarse media vida estando triste, deprimido o simplemente sin ganas de nada? Puede que al principio pienses que no puedes quitarte toda esa soledad, toda esa nada. Es cierto, no puedes. Pero con el paso del tiempo se va disipando, y puede que tarde más o tarde menos, pero siempre se va. Llega el día en que te has cansado de llorar y de que todo se venga abajo y ríes. Estas harta de toda esa soledad y echabas de menos esa sonrisa, que tus comisuras de los labios se elevaran, que te apareciera ese pequeño hoyuelo en la mejilla izquierda,que tu nariz se arrugara. Y sabes que así es como tienes que estar, feliz. Da igual que todo se venga abajo, que si la vida es dura tu lo serás más, que vas a sacar todas las fuerzas de donde sea para que jamás te vuelvas a sentir así, jamás. Para que vuelvas a disfrutar porque no sabes que pasará mañana. Por tanto, levántate, sal a la calle, ponte tu mejor vestido y un poco de maquillaje,da igual que te de vergüenza que te miren, siéntete guapa por una vez más en tu vida. Pero lo más importante de todo, nunca, jamás dejes que la vida te transforme, te quite las ganas de vivir, de soñar, de reír, de ser tu misma, porque si has venido al mundo es porque tienes algo que aportar. Porque ya venciste la primera carrera de la vida, y las siguientes también lo harás. Porque tu puedes, porque sé que puedes, porque te lo mereces.

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