Tú, que tienes unos bonitos ojos mar,
por los que perderme,
y una sonrisa que cura
cualquier mal de ojo.
Que hablas del desorden de tu habitación,
-y eso que todavia no has visto el de mi cabeza-
como si fuera aquello la guerra mundial,
y yo, sin tu saberlo, la que te espera tras ella.
Tú que nunca dejas que la música pare,
que tienes una risa contagiosa
y las hormonas en revolución.
Tú que llevas la voz por bandera
y un corazón en la mochila para entregárselo a alguna que tenga la suerte de
quererte tanto como lo hago yo.
Esto es para ti,
Que cuando vuelvas de la guerra entre amor
e independencia
-si es que vuelves-
dudo, esté esperándote.
Dulces pesadillas, te sueño con locura...
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