miércoles, 20 de mayo de 2015

No olvides jamás que la persona más importante de tu vida eres, TÚ.

A las niñas les enseñan muchas cosas. 
Que si un niño te pega, le gustas. 
Que nunca intentes cortarte el flequillo tu misma. 
Y que un día conocerás a un hombre maravilloso y tendrás tu final feliz. 
Cada película que vemos y cada historia que nos cuentan, nos imploran que esperemos el giro del tercer acto: 
La declaración inesperada de amor. 
A veces nos concentramos tanto en el final feliz que no aprendemos a interpretar las señales, a diferenciar entre los que nos quieren y los que no... 
Entre los que se van a quedar y los que se van a ir. 
Y quizá el final feliz no incluye un tipo maravilloso: quizá el final eres tú, sola recogiendo los pedazos y volviendo a empezar. 
Quizá el final feliz solo consiste en seguir. 
O quizá este es el final feliz: Saber que a pesar de todas las llamadas y corazones rotos, a pesar de todos los errores y las señales malinterpretadas, a pesar de todo el dolor y la vergüenza, tú nunca, nunca, perdiste las esperanzas.

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